Aplicabilidad multi sectorial

1. Fortalecimiento de inteligencias: En el área laboral, un buen cimiento del desempeño humano depende en gran parte de la formación en valores, lo cual a su vez fortalece las inteligencias, entre ellas,  la emocional, la interpersonal y la intrapersonal.  
2. Fortalecimiento de las habilidades blandas: El método es el fundamento también para el desarrollo de la mayoría de las habilidades blandas, como el trabajo en equipo, la gestión de emociones, la toma de decisiones o el manejo de conflictos.  Trazamos el camino para descubrir habilidades que la persona común no sabe descubrir o perseguir.
3. Reputación y marca sólidas: Las empresas que operan según valores sólidos suelen gozar de una mejor reputación y construir una marca más sólida. Los clientes, los proveedores y otros "stakeholders" tienden a confiar y preferir hacer negocios con empresas que se adhieren a principios éticos y valores compartidos. 

1. Relaciones interpersonales: Quienes se forman en valores tienden a establecer relaciones interpersonales más saludables y significativas. La habilidad para relacionarse positivamente con los demás promueve la cooperación, la colaboración y el entendimiento mutuo.
2. Promoción del bienestar común: Los individuos educados en valores comprenden la importancia del bienestar común. Actúan con altruismo y buscan formas de ayudar a quienes están en situación de vulnerabilidad o necesidad.
3. Prevención de conflictos: Las personas que han internalizado valores como la tolerancia, el diálogo y la resolución pacífica de conflictos, tienden a buscar soluciones constructivas ante situaciones de conflicto, donde no solo hay una ganancia de forma individual, sino también a nivel de sociedad.

1. Desarrollo de la conciencia ética: La formación en valores fomenta el desarrollo de una conciencia ética sólida en los individuos, lo que les permite distinguir entre lo correcto y lo incorrecto, lo justo y lo injusto. 
2. Promoción de la democracia: Valores como a justicia, la tolerancia, el respeto y la igualdad, son indispensables para promover la educación democrática, máxime cuando el sistema se ve amenazado ante el crecimiento de mecanismos o sistemas contrarios. 
3. Formación anticorrupción: Una educación que promueve valores ayuda a sensibilizar a los individuos sobre las consecuencias negativas de la corrupción en la sociedad y motiva su compromiso en la lucha contra la misma.

1. Mejora de autoestima: Practicar valores fortalece el autoestima potenciando la capacidad de mejorar la sabiduría y otras habilidades de desempeño.
2. Desarrollo personal: La práctica de valores impulsa el crecimiento personal al fomentar la autoconciencia, la autodisciplina y el autocontrol.  Proporcionan una brújula moral que guía en la identificación de metas y propósitos personales. 
3. Éxito y satisfacción: La formación en valores suele estar asociada con el éxito personal y profesional, así como con una mayor satisfacción general.  Los valores ayudan a encontrar un mayor equilibrio entre diferentes áreas de la vida y experimentar así una sensación de plenitud y satisfacción general.

1. Desarrollo integral: La educación en valores promueve el desarrollo integral en aspectos morales y éticos, preparando a los estudiantes para el campo laboral y social.
2. Prevención del acoso: Los valores contribuyen a crear un clima académico positivo y seguro a través del respeto, la empatía y la solidaridad. Esto facilita un entorno propicio para evitar el acoso estudiantil promoviendo valores que trabajan sobre un mejor desempeño humano, a través de inteligencias y sabidurías.
3. Promoción de herramientas personales: Herramientas y habilidades como la valoración de la gratificación retardada, la toma de decisiones, o el trabajo en equipo ayudan a desarrollar habilidades socio-emocionales, que son clave para afrontar los desafíos de la vida y alcanzar metas.

La educación en valores tiene ventajas con grandes proporciones, donde sectores como tecnológicos, deportivos o de salud, se benefician de la expansión de costumbres y creencias sobre lo que es correcto, justo y bueno, de manera que las decisiones que tomen sean ética y socialmente responsables.